Volver a empezar, otra vez. La vuelta a la rutina, las clases y las actividades extraescolares es un momento crítico tras la relajación de las vacaciones y la alimentación tiene un papel clave para que los niñas y niñas afronten el reto del retorno con energía.
¿Cómo debe ser la alimentación de los menores en esta época?
Después del verano hay que volver a establecer de nuevo una planificación organizada de las comidas para que los pequeños recuperen el hábito de una alimentación variada y saludable. Para ello hay que hacer 5 comidas al día que incluyan legumbres, fruta, verdura, lácteos, carne y pescado. Si se quedan en el comedor, es recomendable conocer de antemano el menú escolar para complementar la comida con las cenas en casa.
Desayuno: No es sólo un dicho, realmente el desayuno es la comida más importante del día y debe aportar el 25% de las calorías que necesitan para toda la jornada. En ningún caso, el niño o la niña deberían ir sin desayunar al colegio. Lo ideal es que el desayuno esté formado por lácteos, cereales y fruta.
Almuerzo: A media mañana puedes darle un pequeño bocadillo, fruta o lácteo, para que los menores mantengan el rendimiento físico durante la mañana.
Comida: Para el primer plato se puede incluir legumbres, patatas, pasta, arroz o verdura y de segundo, carne o pescado. Siempre que sea posible, la comida debería incorporar frutas y verduras como primer plato o como guarnición, como menestra de verdura o salteado de pisto.
Merienda: Al igual que en el almuerzo, lo mejor será darle una pieza de fruta, frutos secos o yogurt, intentando alejarse de productos procesados como la bollería industrial.
Cena: Debe ser más ligera que la comida y pobre en alimentos grasos para que su digestión no interfiera en la conciliación del sueño. Un plato de verdura, pescado o ensalada, con fruta o lácteo de postre.
¡Vuelta al cole y vuelta a los hábitos alimenticios saludables!